Descubre los platos principales más emblemáticos de Canarias, donde cada receta es un homenaje a la tradición y al sabor auténtico de las islas.

El corazón de la comida típica de Canarias
La gastronomía canaria es un reflejo de nuestra historia, nuestras costumbres y nuestra conexión con la tierra y el mar. Cada plato tiene un alma propia, cargada de tradición, que nos transporta a momentos en los que el simple acto de compartir una comida se convertía en una celebración. Los sabores de Canarias han sido cuidadosamente transmitidos de generación en generación, adaptándose con el paso del tiempo, pero sin perder nunca su esencia.
Desde que era niño, siempre supe que la comida canaria era especial. No era solo cuestión de disfrutar de un buen plato, sino de vivir la experiencia completa, el olor a guiso cocinándose a fuego lento, el bullicio en la cocina, las historias contadas entre bocados, y sobre todo, la alegría de estar en familia, saboreando los mismos platos que se han servido en tantas casas canarias a lo largo de los siglos.
Ahora, quiero invitarte a descubrir estos platos principales que son los verdaderos protagonistas de nuestra cocina. Un viaje a través de los sabores más auténticos de las Islas, aquellos que representan el corazón de nuestra gastronomía y que, sin duda, te harán sentirte más cerca de nuestras raíces.
Descubre los platos principales las recetas tradicionales canarias
Sancocho canario: el alma del mar en un plato

Si hay un plato que me transporta a mi infancia con solo olerlo, ese es el sancocho canario. En mi casa, nunca faltaba en las reuniones familiares, y mucho menos en Semana Santa, cuando se convertía en el centro de la mesa. Para mí, más que una receta, es un pedazo de historia, un plato que habla de tradición, de mares generosos y de costumbres que han pasado de generación en generación.
El protagonista indiscutible es el cherne salado, aunque en algunas casas se usa corvina o mero. Su preparación es sencilla, pero requiere paciencia: el pescado debe desalarse con mimo para que conserve su esencia sin resultar excesivamente salado. Luego, se cuece hasta que alcanza la textura perfecta, acompañado de papas y batata, que aportan ese contraste de sabores dulces y salados que hacen del sancocho un plato tan especial.
Pero si hay algo que realmente eleva este plato es el mojo hervido. A diferencia del clásico mojo rojo, esta versión se cocina suavemente, dando como resultado una salsa intensa, con ese toque ligeramente picante que se impregna en cada bocado. Y, por supuesto, el sancocho no sería lo mismo sin el gofio amasado, que en muchas casas se mezcla con el caldo del pescado hasta formar una pasta densa y sabrosa, perfecta para acompañar cada bocado.
Más que una receta, el sancocho canario es una celebración de nuestras raíces. Es el plato que nos une, que nos recuerda de dónde venimos y que, con cada bocado, nos hace sentir el sabor inconfundible del mar y de la tierra que nos vio crecer.
Carne de cabra: un estofado con historia

Si buscamos un plato con carácter en Canarias, ese es sin duda la carne de cabra guisada. No es una receta rápida ni sencilla, pero quienes la han probado saben que la espera merece la pena. La carne de cabra, más firme y con un sabor intenso, necesita mimo y paciencia: horas de cocción lenta hasta que alcanza la textura perfecta, tierna y jugosa.
El secreto de su sabor empieza mucho antes de la cocción, en un adobo bien hecho. En mi casa, la víspera ya se respiraba el aroma del ajo, el laurel, el vino y las especias, que impregnan la carne y realzan su esencia. Es un proceso casi ritual, en el que cada familia tiene su propio toque: unos añaden pimentón, otros prefieren un poco de comino o tomillo, pero siempre con el mismo objetivo, potenciar ese sabor inconfundible.
Este es un plato que me transporta a los almuerzos en el campo, donde el aroma de la carne guisándose a fuego lento llenaba la cocina y despertaba el hambre desde la mañana. Mi abuela solía decir que a un buen guiso «no se mete prisa», y tenía razón. Poco a poco, la carne absorbe el caldo espeso, los sabores se concentran y el resultado es una explosión de tradición en cada bocado.
No es una receta para los impacientes, pero sí para los que disfrutan de la cocina con alma. La carne de cabra guisada es un plato humilde, pero lleno de identidad, un emblema de la gastronomía canaria que sigue conquistando a quienes se atreven a probarlo. Y cuando lo haces, entiendes por qué sigue siendo un clásico en tantas casas de las islas.
Ropa vieja canaria: sabor y tradición en cada bocado

La ropa vieja define la esencia de la cocina canaria, prueba de que en nuestra gastronomía, nada se desperdicia y todo se transforma en algo delicioso. Se elabora a partir de garbanzos, carne de vaca y pollo desmenuzados, cocinados a fuego lento con tomate, cebolla, ajo, pimiento y especias, hasta lograr una textura jugosa y llena de sabor.
En mi casa, la ropa vieja siempre caía después de haber disfrutado de un buen puchero canario. Se preparaba con las sobras de éste, y debo confesar que muchas veces me gustaba más la ropa vieja que el guiso original. Mi abuela siempre decía que el secreto estaba en dejar que la carne se impregnara bien con los sabores y en conseguir el punto exacto de jugosidad. No hay nada peor que una ropa vieja seca, por eso un buen sofrito y el toque justo de caldo marcan la diferencia.
Este plato tiene algo especial, cada bocado es un viaje a mi infancia, a esos almuerzos en familia donde el aroma de la cocina te hacía desear que llegara el momento de sentarse a la mesa. Es un plato humilde, nacido de la necesidad de aprovechar los ingredientes al máximo, pero con una riqueza de sabor que lo ha convertido en un imprescindible de nuestra gastronomía.
Conejo en salmorejo: el rey de las fiestas

El conejo en salmorejo es pura esencia canaria. Su sabor intenso, su textura jugosa y su irresistible salsa especiada lo han convertido en una receta imprescindible en las celebraciones y reuniones familiares. No es solo un plato más en la mesa, es el protagonista de cualquier buen tenderete.
El secreto está en la marinada. En mi familia, el conejo siempre se deja reposar durante horas en una mezcla de ajo, pimentón, comino, orégano, vinagre y vino blanco. Este proceso no solo realza su sabor, también consigue que la carne quede más tierna. Luego, se fríe hasta dorarse bien y se cocina lentamente en su propio jugo, creando una salsa deliciosa y llena de carácter.
La primera vez que lo probé fue en una romería en Tenerife, acompañado de papas arrugadas. Al menos ese es el recuerdo más antiguo que tengo. Desde entonces, lo he preparado en casa una y otra vez, siempre con la misma conclusión: es un plato que nunca falla y que siempre deja ganas de repetir.
Puchero canario: un guiso para el alma

El puchero canario es un homenaje a la tradición, una receta que se ha transmitido de generación en generación y que tiene el poder de reunir a toda la familia alrededor de la mesa. En su esencia, este plato es una verdadera oda a la cocina de antaño, aquella que sabía cómo aprovechar lo que la tierra y el mar ofrecían en cada estación del año. Un guiso de carnes, verduras y legumbres que se convierte en un caldo reconfortante, capaz de calentar no solo el cuerpo, sino también el alma.
Cada familia tiene su propia versión del puchero, y eso es lo que lo hace tan especial. No existe una receta única, porque los ingredientes varían según la isla, la temporada e incluso los gustos personales de cada cocinero. En mi casa, por ejemplo, el puchero siempre llevaba costilla de cerdo, garbanzos, calabaza, col y las tradicionales piñas de millo, esas mazorcas de maíz que le daban un toque muy canario. Cada uno de esos ingredientes tenía un sabor que se complementaba perfectamente con los demás, creando un guiso único, lleno de sabor y calidez.
Lo mejor de este plato, sin embargo, no está solo en su sabor. Es el recuerdo de aquellos momentos en los que el olor del puchero llenaba toda la casa y se convertía en la excusa perfecta para reunirnos con los nuestros. Y como si no fuera suficiente, lo mejor llegaba al día siguiente. Con el caldo sobrante, mi madre preparaba una sopa que, debo decir, ¡sabía incluso mejor que el guiso original! Ese segundo día de puchero se volvía casi una celebración, porque siempre sabíamos que el sabor se intensificaba y nos ofrecía otra experiencia, igualmente deliciosa.
Así es el puchero canario, un plato humilde pero lleno de historia, sabor y cariño. Cada bocado es un pedazo de nuestra tierra, de nuestras raíces, y cada vez que lo preparas, estás no solo cocinando, sino reviviendo toda una tradición. Al final es tan generoso, que si sobra algo, nos permitirá hacer una espectacular ropa vieja.
Vieja a la espalda: un manjar del Atlántico

Hablando de los sabores que definen la cocina canaria, no podemos dejar de mencionar a la vieja, un pescado que simboliza la esencia del Atlántico. Con su carne blanca, jugosa y suave, la vieja es un verdadero manjar que se disfruta de muchas formas, pero la que más me enamora es la vieja a la espalda. Un plato sencillo, que resalta todo lo mejor de este pescado, cocinado de manera que su frescura y sabor se mantengan intactos. Bastan unos simples ajos, perejil fresco y un buen chorro de aceite de oliva para darle el toque perfecto.
La vieja es un pescado que tiene el poder de transportar a quien lo prueba directamente a la costa, al sonido de las olas y al aire salino del Atlántico. Lo mejor que puedes hacer al preparar este plato es comprar la vieja recién pescada, directamente de las manos de un pescador local. Solo así podrás asegurarte de que su sabor se mantenga genuino, auténtico, sin los sabores enlatados o artificiales que a veces afectan a los productos que no se consumen en su máximo frescor.
La vieja a la espalda, al ser un plato tan simple, permite que el pescado se luzca. No necesita de grandes adornos ni de elaboradas técnicas. Bastan unos minutos en el fuego, y la magia ocurre: la carne se torna suave, tierna, y se desprende fácilmente del hueso, con un sabor tan delicado que te hace recordar la esencia misma del océano. Acompañada de unas papas arrugadas, con su piel gruesa y salada que combina perfectamente con el pescado, y un poco de mojo verde casero, este plato se convierte en un auténtico festín.
La vieja a la espalda es un plato que invita a la simplicidad, a disfrutar de lo que realmente importa, el sabor fresco y limpio del mar, la conexión con nuestras raíces y la satisfacción de preparar un manjar que, en su sencillez, es capaz de ofrecer tanto. Este es uno de esos platos que te transporta a los momentos más genuinos, aquellos en los que todo lo que necesitas para ser feliz es un buen pescado y las personas que quieres a tu lado.
Gofio escaldado: tanto como entrante que como plato principal

Aunque muchos lo consideran un entrante, el gofio escaldado puede ser un plato principal por sí solo, especialmente cuando se acompaña con buen caldo de pescado o carne. En mi casa, lo escaldamos con caldo caliente y lo removemos hasta obtener una textura cremosa, luego lo coronamos con cebolla roja cruda para darle un toque fresco y crujiente.
Este plato, humilde pero reconfortante, es una muestra del ingenio de la cocina canaria, capaz de convertir ingredientes sencillos en auténticas delicias.
Más platos canarios que debes probar
Además de los anteriores, hay otros platos principales que merecen mención:
- Cherne con papas y mojo (una receta simple pero llena de sabor).
- Garbanzas compuestas (un guiso especiado con chorizo y carne).
- Papas con piñas y costillas (una combinación de lo salado y lo dulce única en la gastronomía canaria).
Si estos platos principales de nuestra gastronomía te han dejado con ganas de terminar la comida con algo dulce, y te apetece probar más sabores tradicionales, no te pierdas la oportunidad de poder degustar nuestros postres canarios que harán de tu comida un festín completo.
Preguntas frecuentes sobre los platos principales de la gastronomía canaria
La gastronomía canaria es un reflejo de su historia y su tierra. Entre los platos principales más emblemáticos destacan el sancocho canario, un guiso de pescado salado con papas y batata, y el puchero canario, una versión local de los cocidos con una mezcla de verduras y carnes.
Otro clásico es el conejo en salmorejo, una receta marinada con especias que resalta el sabor de la carne. No pueden faltar las papas arrugadas con mojo, probablemente el plato más icónico de la isla, donde unas simples papas hervidas en agua con sal se convierten en una delicia con el mojo rojo o verde.
La ropa vieja, un guiso sabroso que aprovecha la carne del puchero, y el gofio escaldado, una preparación a base de gofio y caldo, también forman parte esencial de la cocina isleña. Cada uno de estos platos cuenta la historia de Canarias y sus influencias, desde la cocina aborigen hasta los aportes europeos y africanos.
El puchero canario es único dentro de la gran variedad de cocidos españoles y latinoamericanos. Lo que lo distingue es el uso de ingredientes locales como calabaza, bubango (calabacín canario), piñas de millo (mazorcas de maíz) y gofio, que le aportan un sabor característico.
Además, a diferencia de otros cocidos más espesos, el caldo del puchero canario es más ligero y aromático. Esto permite disfrutarlo tanto en sopa como acompañado de mojos y gofio escaldado. También es costumbre servir la carne, las verduras y los garbanzos por separado, permitiendo una degustación más variada y completa.
Su sabor, más dulce y suave que el de otros cocidos, lo convierte en un plato reconfortante y muy representativo de la cocina isleña.
Las carnes en la cocina tradicional canaria son un reflejo de la ganadería local y las costumbres culinarias de la isla. El conejo es protagonista en el famoso conejo en salmorejo, una receta marinada con especias, vino y vinagre que resalta su sabor.
El cerdo se utiliza en embutidos como la morcilla dulce y en guisos tradicionales, mientras que la ternera y el pollo aparecen en platos como la ropa vieja o el puchero.
Una de las carnes más características es la de cabra, que se cocina en guisos con un sabor intenso y especiado. Es una de las preparaciones más tradicionales en las zonas rurales, destacando por su autenticidad dentro de la gastronomía canaria
La riqueza vitivinícola de Canarias aporta vinos únicos que realzan los sabores de sus platos tradicionales. Para recetas de carne como el conejo en salmorejo, los vinos tintos jóvenes de Tacoronte-Acentejo aportan el equilibrio perfecto con sus notas afrutadas y su ligera acidez.
Para guisos como el puchero canario o la ropa vieja, un tinto de La Orotava con más cuerpo puede ser una gran elección. En el caso de pescados como el sancocho canario, los vinos blancos de Lanzarote o La Palma, elaborados con variedades autóctonas como la malvasía volcánica, resaltan la frescura y la salinidad de los platos.
Los vinos dulces de Canarias, como los de El Hierro o La Gomera, también son una excelente opción para acompañar el gofio escaldado o la repostería isleña.
Las recetas tradicionales canarias han sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Aunque los ingredientes base se han mantenido, la forma de prepararlos ha evolucionado con las nuevas tendencias culinarias.
Por ejemplo, el conejo en salmorejo, que tradicionalmente se cocinaba en adobo con mucha intensidad de sabores, ahora se presenta en versiones más ligeras o incluso en propuestas gourmet con técnicas modernas.
El puchero canario, antes un plato de aprovechamiento para grandes reuniones familiares, hoy se sirve en restaurantes de alta cocina con presentaciones más refinadas. Las papas arrugadas, que en su origen eran un acompañamiento humilde, han pasado a protagonizar menús en restaurantes de todo el mundo, gracias a su sencillez y sabor inconfundible.
Además, la introducción de productos ecológicos y técnicas de cocina más saludables ha permitido reinterpretar estos platos sin perder su autenticidad. La cocina canaria sigue viva, evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, pero siempre con el sabor de la tradición.